OTR/PRESS-SANTIAGO DE COMPOSTELA
Dos artefactos explosivos provocaron ayer cuantiosos daños
materiales en las sedes locales del PP en Pontevedra y Moraña. Casi
al mismo tiempo, se arrojó un cóctel molotov contra la sede de la
Dirección de Estructuras y Mercados de la Consejería de Pesca de la
Xunta de Galicia, en Santiago de Compostela. Javier Arenas,
secretario general del PP, relacionó los incidentes que se han
registrado en las últimas semanas contra sedes y miembros de su
partido con la protesta por la actuación del Ejecutivo en la guerra
contra Irak. Desde la Xunta, se asegura que la oposición «tiene una
culpa muy importante» en estos atentados.
La primera explosión se produjo en torno a las 2.50 horas, en la sede del PP en Moraña. El artefacto, compuesto por dos sprays de cámping gas, una botella con gasolina, un petardo pirotécnico y un trozo de tela como mecha, estaba dentro de una caja. Fue colocado junto a la entrada de la sede y la explosión provocó la rotura de los cristales de la fachada principal y un pequeño incendio que causó algunos daños en la fachada y en la puerta del local.
Apenas media hora después, se produjo la segunda explosión, en la sede popular de Pontevedra. El artefacto estaba compuesto por dos cartuchos de cámping gas, dos aerosoles, una botella de gasolina y un petardo pirotécnico que actuó como iniciador del sistema, muy parecido al del anterior. La bomba estaba colocada en el rellano de la entreplanta del edificio. La puerta de la sede resultó arrancada por la explosión. También quedó dañada la puerta de entrada al edificio y el trecho de las galerías comerciales que dan acceso a la puerta, así como en las escaleras y puertas de los locales del entresuelo y las dos primeras plantas.
Diez minutos antes de esta segunda explosión, alguien arrojó un cóctel molotov contra la Dirección General de Estructuras y Mercados de Pesca, en Santiago de Compostela. En este caso, no se produjeron grandes daños materiales. PSOE y BNG condenaron los ataques. La Ejecutiva Federal socialista lo hizo por medio de un comunicado en el que exige la rápida detención de los autores de estos actos, muestra su solidaridad con el PP y recuerda que su partido siempre ha rechazado todo acto de violencia.
Por su parte, Mariano Rajoy, vicepresidente del Gobierno, dijo que «hemos pasado de los carteles, de los insultos, del lanzamiento de huevos minimizado por algunos al lanzamiento de piedras, a que las caras de dirigentes del PP aparezcan pegadas en las calles, a que no podamos celebrar nuestros actos y hoy (ayer) hemos llegado a las bombas», señaló. Asimismo, y refiriéndose a la presentación de querellas por parte de PSOE y de IU, afirmó que «un concejal de IU había comparado al PP con Batasuna». Y recalcó, respecto a los socialistas, que se les han ido «las cosas de su control. Cuando uno juega a radical, siempre se va a encontrar a uno mucho aun más radical que él», afirmó.