El Gobierno español no tiene previsto enviar nuevos efectivos a Irak ni cambiará las funciones del contingente de casi 900 miembros del Ejército, enviados en misión humanitaria. La oposición, en cambio, sigue pidiendo la retirada de estos efectivos. Aunque Estados Unidos ha movilizado ya a unos 100.000 soldados más para hacer frente a la resistencia que han encontrado las tropas aliadas en territorio iraquí, España no variará sus planes. «Lo hemos pensado y debatido mucho y, por tanto, no es nuestra intención cambiar de criterio ni replantearnos las decisiones tomadas en su día», aseguró el vicepresidente primero, Mariano Rajoy.
La situación de las tropas españolas sigue siendo una de las principales preocupaciones de la oposición. El portavoz socialista en el Congreso de los Diputados, Jesús Caldera, aseguró que este contingente «no tiene que ver con una tarea humanitaria», ya que prestarán ayuda «a los invasores y no a la población civil iraquí». No obstante, aseguró que los soldados españoles tienen toda la solidaridad del PSOE. Mientras tanto, los contactos diplomáticos del Gobierno español continúan. Aznar dialogó ayer mismo con el presidente norteamericano, George W. Bush, y también mantiene «habituales» contactos con el primer ministro británico, Tony Blair.
De esa conversación informó ayer Rajoy tras la reunión del Consejo de Ministros. En la conversación entre el presidente español y el de EEUU es previsible que éste haya aportado los últimos datos sobre el avance de las tropas de la coalición anglo-americana en territorio iraquí y las perspectivas de actuación de los próximos días. Rajoy restó importancia a la ausencia de Aznar en la reunión que mantuvieron sus dos aliados en Camp David, puesto que España no tiene tropas en la zona de combate. «Me parece una razón elemental que, siendo los dos que están llevando el peso de las operaciones de combate, se reúnan para estudiar cómo está la situación», dijo.