El ministro de Defensa, Federico Trillo, confirmó ayer que el Gobierno autorizó que bombarderos B-52 sobrevolaran territorio español rumbo a Irak, pero «no poblaciones urbanas» y, aunque no aclaró si los aparatos repostaron en vuelo, afirmó que esa operación «no ofrece ningún peligro».
Trillo, que realizó estas declaraciones en la Comisión de Asuntos Exteriores y Defensa del Congreso, donde compareció junto a la titular de Exteriores, Ana Palacio, precisó que no se ha autorizado ni se va a autorizar el aterrizaje de estos aparatos en territorio español y recordó que las autorizaciones de vuelos durante la primera Guerra del Golfo fueron muy superiores a las actuales.
«A mí me parece bien que lo hicieran -dijo dirigiéndose a los diputados socialistas-; lo que no me parece bien es que pretendan afeárnoslo ahora».
Por su parte, Ana Palacio reprochó a los portavoces de la oposición que, además de lamentar las víctimas civiles de la guerra, no hicieran referencias «al sufrimiento actual de los iraquíes» provocado por el régimen de Sadam Husein y aludió a la existencia de «más de un millón de niños desnutridos y un 60% de la población por debajo del umbral de pobreza».
La ministra aclaró que «nadie» ha pedido al Gobierno español la ruptura de relaciones diplomáticas con Irak, sino «sólo» que fueran expulsadas de España «algunas personas en concreto», lo que no ha ocurrido porque el Ejecutivo no ha encontrado «razones suficientes».Respecto al futuro de Irak después de la guerra, explicó que el Gobierno mantiene contactos con otros países miembros del Consejo de Seguridad «recabando ideas y sugerencias para analizarlas y promover las que parezcan mejores». Palacio mantuvo el pasado viernes una «larga conversación» con su colega turco, en la que le manifestó la preocupación de España por la posible invasión del Kurdistán iraquí por fuerzas de Turquía, extremo que, según precisó la ministra, ya ha sido desmentido por el propio Partido Democrático del Kurdistán.