Decenas de miles de personas volvieron ayer a desfilar por las calles de las ciudades españolas en las numerosas manifestaciones convocadas por organizaciones sociales y plataformas pacifistas en contra de la guerra de Irak, en las que se registraron incidentes en Madrid y Barcelona.
Grupos de jóvenes se enfrentaron con la policía en el centro de Madrid una hora después de que se dispersara la manifestación. Lanzaron botellas y otros objetos a los policías, que respondieron cargando y disparando balas de goma.
Las protestas en estas dos ciudades volvieron a ser multitudinarias, más de un millón de personas en Madrid y otro millón en Barcelona, según los organizadores, y en ambas se marchó junto a colectivos sociales, partidos políticos de izquierda, sindicatos y representantes del mundo de la cultura bajo el grito «No a la guerra».
La marcha de Madrid, que vio alterada su recorrido después de que no se autorizara que su final fuera el Palacio de La Moncloa, discurrió con normalidad hasta su conclusión, momento en el que se desencadenaron los enfrentamientos entre un grupo de jóvenes y las Fuerzas de Seguridad.
En Barcelona, decenas de miles de personas -un millón según la organización, 500.000 según el Ayuntamiento y 150.000 según la Delegación del Gobierno- tomó parte en la manifestación convocada por la plataforma «Aturem la guerra».
La marcha estuvo encabezada por una pancarta en la que se leía «Paremos la guerra. Aznar dimisión», que portaban los miembros del colectivo pacifista, a los que seguían, en una segunda cabecera, los representantes políticos, a excepción del PPC y CiU.
Al término de la protesta, algunos jóvenes lanzaron huevos y piedras contra la sede de la Delegación del Gobierno, que custodiaba un grupo de agentes antidisturbios, dos de los cuales resultaron heridos.
Se hicieron además pintadas en la sede del Partido Popular, lo que ocurrió también en las otras tres capitales catalanas.
En el resto de ciudades apenas se obligó a la intervención de la Policía.