OTR/PRESS-PARÍS
Los gobiernos español y francés mantienen sus diferencias en la
gestión de la crisis iraquí, tal y como ha quedado claro tras la
visita del presidente del Gobierno, José María Aznar, al presidente
de la República francesa, Jacques Chirac. Aznar, en todo caso,
defendió la propuesta de nueva resolución de la que nuestro país es
coautor porque garantiza que la situación de Irak se siga
discutiendo en el Consejo de Seguridad de la ONU. Chirac explicó
que España y Francia comparten el objetivo de que Irak se deshaga
de sus armas de destrucción masiva, pero no así los medios para
conseguirlo. «Manejamos, asumimos y vivimos esas divergencias en la
más perfecta amistad y cooperación», explicó el presidente de la
República.
Estos son, según Aznar, los puntos básicos de la nueva resolución en la que España ha participado. «Estamos en el marco de las resoluciones de la ONU, que arrancan desde 1991 y la obligación de desarme de la 687, y entendemos que la gestión de la crisis debe seguir en el Consejo de Seguridad y que podría ser conveniente una nueva resolución de las Naciones Unidas». Chirac, en cambio, dijo no ver razón alguna para salir de la resolución 1.441 y se mostró contrario a una nueva, sea cual sea su contenido. Francia, por tanto, no negociará el texto presentado por EE UU, España y Reino Unido. Lo que no quiso comentar es si su país ejercerá su derecho a veto cuando el Consejo de Seguridad aborde esta resolución.