El PSOE no respaldará al Gobierno en el conflicto sobre Irak si antes no presenta pruebas que justifiquen un ataque al régimen de Sadam Husein. Esta es la conclusión que se extrae de la reunión que mantuvo el presidente del Ejecutivo, José María Aznar, con el líder de la oposición, José Luis Rodríguez Zapatero. El primero le convocó a la Moncloa para pedirle consenso en esta materia, pero Rodríguez Zapatero dijo que no hubo petición de consenso, sino de apoyo incondicional. Los socialistas creen que la situación actual no es comparable con la de la Guerra del Golfo, ya que aquel conflicto lo motivó la invasión de Kuwait.
La reunión entre Aznar y Zapatero se produjo en la Moncloa en la tarde del domingo, después de acordarse el viernes por la mañana, y apenas duró una hora. Y el enfrentamiento entre ambos líderes tras la misma ya está servido. El presidente del Gobierno aprovechó su intervención en la Junta Directiva Nacional del PP para criticar al líder de la oposición, quien respondió en rueda de prensa tras la reunión del Comité Ejecutivo del PSOE.
Aznar aseguró que llegó a ofrecer a Rodríguez Zapatero un consenso sobre Irak hasta en tres ocasiones «para que no quedara duda». Pero el líder socialista lo rechazó, en lo que el presidente del Gobierno ha considerado como la prueba de que carece de sentido de Estado, responsabilidad y preparación para sumir responsabilidades, en el Gobierno o fuera de él. Además, acusó a Rodríguez Zapatero de practicar una política de «oportunismo, aislacionismo rancio y ansia de poder».
La respuesta del líder socialista fue contundente. Aznar, dijo, no ofreció consenso, sino que pidió al PSOE su apoyo a la postura del Gobierno sin ofrecerle ninguna prueba de que el ataque a Irak sea necesario. Rodríguez Zapatero replicó que los socialistas no harán seguidismo a la postura del Gobierno norteamericano. «No hay razones para justificar un ataque bélico sólo por sospechas, por convicciones o por evidencias que parece tener únicamente Bush», dijo.