Las manchas de fuel procedentes del vertido del buque «Prestige» se aproximan a las costas del País Vasco y sur de Francia tras haber dejado su rastro en playas del Cantábrico, mientras que el temporal sigue dificultando la recogida de combustible. Pese al mal tiempo, un total de 125 barcos vascos salieron a la mar, con la intención de minimizar el impacto del hidrocarburo en playas y rocas, y después de recoger ayer 290 toneladas de fuel.
Los barcos, que partieron de diferentes puertos de Euskadi, trabajaron en aguas vascas y cántabras costeando y no adentrándose mas allá de las 12 millas náuticas del litoral, debido a las condiciones climatológicas existentes en la zona. El dispositivo de rastreo puesto en marcha por el Gobierno vasco ha detectado manchas a menos de dos millas náuticas entre San Juan de Gaztelugatxe y Bakio, al norte de Lekeitio.
Por otra parte, el oceanógrafo francés Jean Michel Cousteau, hijo del fallecido Jacques Cousteau, mantuvo ayer que para evitar catástrofes similares a la del «Prestige» los responsables políticos deben prohibir que los petroleros monocasco se acerquen a las costas «no sólo de España sino de toda Europa». Dicha prohibición debe adoptarse en un plazo máximo de tres a cinco años. Además de crear centros de emergencia en toda la costa