Michavila explicó en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros los pormenores de la amplia reforma que el Gobierno ha ido anunciado desde finales del año pasado. Así, aseguró que tiene dos grandes ejes. En primer lugar una serie de medidas concretas referidas a la seguridad ciudadana, la violencia doméstica y la integración social de los inmigrantes (este anteproyecto se tramitará con carácter de urgencia), y en segundo lugar la reforma de penas y delitos.
A partir de la aprobación parlamentaria de este paquete de medidas, la reincidencia será un agravante cualificado. Como ya estaba anunciado, cuatro faltas se convertirán en delito, aunque, según Michavila, ésto quedará limitado a lesiones, hurtos y sustracción de vehículos.
En lo que se refiere a la violencia doméstica, desde la primera acción se considera un delito de lesiones y no una falta. Como tal, estará penado con prisión de entre tres y seis meses o trabajos en beneficio de la comunidad. Se duplica además la duración de la pena de alejamiento, pasando de cinco a diez años y siempre por tiempo superior a la pena de prisión, protegiendo así a la víctima incluso después del tiempo que el agresor pase en prisión. Tal y como ya estaba anunciado, se expulsará a los inmigrantes ilegales que cometan un delito. «Nuestro derecho estimula a un delincuente a reincidir», dijo Michavila, ya que la expulsión se paraliza con un proceso judicial abierto, algo que ya no sucederá con esta reforma. También se incluye en el Código Penal como delito singular la mutilación genital, y se otorgan a las mujeres inmigrantes que residan en España los mismos derechos que a las españolas en cuanto a la separación o el divorcio.