Trece miembros de la Ertzainza declararon ayer como testigos ante la Sala especial del Tribunal Supremo encargada de resolver la demanda de ilegalización de Batasuna. Los ertzainas coincidieron en señalar que no identificaron a ningún miembro de esta formación corear consignas a favor de ETA. Los primeros cinco testigos, que participaron en la vigilancia de una manifestación que transcurrió por las calles de San Sebastián el 11 de agosto de 2002, reconocieron que en la misma se corearon gritos como «Gora ETA» o «Zipaios, pim, pam, pum».
Sin embargo, afirmaron que no observaron que dirigentes de Batasuna como Arnaldo Otegi, Joseba Permach o Joseba Alvarez, que encabezaban la marcha portando una pancarta con los lemas «Faxismoari stop» (Stop al fascismo) y «Demokrazia Euskal Herrira» (Democracia para Euskal Herria), participaran en dichas proclamas en favor de la banda terrorista.
El siguiente testigo, instructor del atestado de la manifestación, señaló que tras la marcha, Joseba Alvarez realizó unas declaraciones en las que decía que si el presidente del Gobierno, José María Aznar, «quería guerra» el País Vasco le respondería con la lucha. El mismo testigo afirmó que la Ertzaintza no acreditó que Iñigo Balda, concejal de Batasuna que convocó la manifestación, dijera la frase «Gora Euskadi Ta Askatasuna» (Gora ETA). No obstante, aseguró que en los vídeos de los que dispuso figuraba que Balda pronunciaba esa frase, aunque al llegar a la palabra «Askatasuna» la grabación se cortaba.
Los siguientes dos ertzainas se refirieron a una manifestación que discurrió alrededor del Ayuntamiento donostiarra el 15 de agosto de 2002, al final de la cual se quemó una bandera nacional. Ambos testigos indicaron que la quema de la bandera se produjo 10 minutos después del final de la marcha y que el acto fue protagonizado por unos encapuchados que, aparentemente, no participaron en la manifestación. La marcha, autorizada, era en favor de la ikurriña. En cualquier caso, los ertzainas no presenciaron la quema de la bandera.