OTR/PRESS-EFE
Una nueva oleada de residuos vertidos por el petrolero Prestige
cubrió ayer de negro gran parte de las playas de la Costa da Morte,
en una jornada en la que más de 8.000 personas se afanaron en la
limpieza del litoral, mientras que el viento del sudeste continúa
acercando las principales manchas de combustible hacia las costas
francesas, donde, cumpliéndose las peores predicciones, grandes
placas de fuel alcanzaron, sobre todo, las playas de Las Landas y
Gironde. Las autoridades francesas ya anunciaron que se esperaba
para hoy la llegada de la gran mancha de petróleo. El coordinador
de la zona VI que vigila la situación entre Muxía y Cee, Oscar
Millán, aseguró que las nuevas manchas que han aparecido en playas
de la Costa da Morte proceden del vertido desprendido de las rocas,
por lo que descartó que se trate de «la famosa cuarta marea negra».
Sin embargo, el teniente de alcalde del Ayuntamiento de Camariña,
Antonio Alonso, explicó que es posible que procedan del fuel que
llega a las costas entre dos aguas. Lo cierto, es que ayer era un
misterio la procedencia de las manchas. Las nuevas manchas
aparecieron en zonas de playa, como Muxía, Carnota o Camariñas, que
ya habían sido limpiadas por los voluntarios, miembros del Ejército
y vecinos de estas localidades coruñesas.
Por otra parte, la mejora de las condiciones meteorológicas ha posibilitado que el batiscafo «Nautile» haya podido sumergirse, tras doce días inactivo, para continuar con el sellado de las grietas, por las que continúan saliendo regueros de fuel. Según datos facilitados por el Ministerio de Medio Ambiente en Madrid, un total de 327 playas afectadas de Galicia, Cantabria y País Vasco, de las 562 que en algún momento se vieron contaminadas por el vertido, mantienen diversos grados de afección y otras 235 se encuentran «aparentemente limpias». El último parte del programa de limpieza y regeneración de playas del Ministerio de Medio Ambiente revela que hay 183 playas con irisaciones o restos de fuel, 45 con grumos dispersos, una con grumos abundantes (en La Coruña) y 98 con afección en rocas, marismas o fondos que requieren un trabajo especializado.