El presidente del Consejo de Estado, Íñigo Cavero, murió ayer tarde en la Clínica de La Luz de Madrid, según informaron desde este órgano consultivo. Fuentes del centro hospitalario añadieron que Cavero, quien había sido ingresado la semana pasada como consecuencia de un derrame cerebral, falleció a consecuencia de un infarto.
Un portavoz del Consejo de Estado señaló que el féretro con sus restos mortales llegó a la sede del Consejo, situada en la calle Mayor de Madrid, minutos antes de las siete y media de esta tarde, donde se instalará la capilla ardiente, que se abrirá a partir de las ocho y media. Íñigo Cavero Lataillade, de 73 años, era presidente del máximo organo consultivo del Gobierno desde marzo de 1996, coincidiendo con la llegada al poder del Partido Popular.
Abogado en ejercicio hasta entonces, doctorado en Derecho y profesor de Derecho Constitucional en la Universidad Complutense de Madrid durante treinta y siete años, Cavero era también catedrático emérito de Derecho Constitucional en la Universidad San Pablo-CEU y titular de la Cátedra «Jean Monnet» de unificación europea.
Su carrera política dio comienzo en 1977, cuando integró el grupo fundador de Unión de Centro Democrático (UCD) -donde llegó a ser secretario general- y fue diputado por Madrid en las Cortes Constituyentes. Después, ocupó escaño por Balears en la I Legislatura, para volver a serlo por Madrid en la Tercera. Como uno de los principales dirigentes de UCD, entró en los Gobiernos de Adolfo Suárez, como ministro de Educación y Ciencia entre 1977 y 1979, y de Justicia desde entonces hasta 1980; y de Leopoldo Calvo-Sotelo, con quien fue ministro de Cultura en el periodo 1980-1981.