El Ministerio marroquí de Asuntos Exteriores anunció a primeras horas de la madrugada de hoy que el titular de este departamento, Mohamed Benaissa, no viajaría hoy a Madrid para entrevistarse con la ministra española de Exteriores, Ana Palacio, tras denunciar ayer el aterrizaje de un helicóptero militar español en la isla de Perejil.
El objetivo de España de cara a la cita es normalizar las relaciones con Rabat, después de que se vieran seriamente deterioradas por la crisis de Perejil y la posterior insistencia marroquí en reclamar Ceuta y Melilla. El primer paso para encarrilar las debilitadas relaciones bilaterales podría empezar por el restablecimiento de los cauces institucionales con la vuelta de los respectivos embajadores a ambos países. Aunque fuentes diplomáticas descartaban que la cita fuera a arrojar este resultado, se confiaba en que la reunión serviría para preparar el camino de vuelta de Abdesalam Baraka y Fernando Arias-Salgado a Madrid y Rabat.
El Gobierno no albergaba grandes esperanzas de cara a que la reunión arroje resultados definitivos, y confía en que para alcanzar soluciones habrá que esperar al nuevo escenario político que surja de las elecciones legislativas, que se celebran en Marruecos el día 27. La agenda de la cita iba a estar abierta a «todos los temas de interés común», como la inmigración ilegal o la cooperación. Así lo ha manifestado en varias ocasiones la ministra Palacio, quien también ha advertido que el único límite por parte de españa está en la reclamación sobre Ceuta y Melilla.
Palacio ha asegurado que si Marruecos insiste en reclamar las que considera «ciudades ocupadas», España considerará que no hay nada que hablar «porque la españolidad de las ciudades autónomas ni se discute». Por ello, evitar el tema de Ceuta y Melilla contribuirá al buen clima que se pretende dar al encuentro.
De hecho, los presidentes de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, Juan Vivas y Juan José Imbroda, respectivamente, han manifestado que preferían que la reunión hispano-marroquí «sea fructífera» pero que no aborde la soberanía española de las ciudades.
Otro de los temas conflictivos sería el contencioso del Sahara. El Frente Polisario mostró ayer su esperanza de que la reunión entre Palacio y Benaissa sirviera para reiterar la postura española sobre este contenciosos y no para modificarla.