El ministro de Fomento, Francisco Alvarez Cascos, lamentó ayer que haya habido algunos partidos que perdieron la oportunidad de definirse nítidamente como «democráticos» durante el debate de la Ley de Partidos, «porque ellos mismos comprobarán el error que han cometido». Cascos señaló que la ilegalización de Batasuna es el «fruto de la tenacidad» para quitar el «el disfraz a los terroristas vestidos de partido político», una de las iniciativas «más esperadas y en la que los demócratas nos hemos llenado de razón».
El portavoz del Grupo Socialista en el Senado, Juan José Laborda, recordó por su parte al presidente del PNV, Xabier Arzalluz, que quien depende electoral y parlamentariamente de Batasuna es el PNV y le preguntó que si lo que pretende es que «sigamos esperando que tengan a bien convertirse en demócratas cuando nos hayan liquidado a todos». Laborda respondió así a las afirmaciones de Arzalluz en las que apuntaba que la ilegalización de Batasuna es una «trampa política» del PP y el PSOE para perjudicar electoralmente al PNV.
El secretario general del PSE-EE en Alava, Javier Rojo, aseguró que Xabier Arzalluz «nos tiene que decir con quién está, con los que defendemos el Estado de Derecho o con los señores de Batasuna», y es que, aunque «se pasa la vida diciendo que no está con ellos, siempre termina compartiendo objetivos y, lo que es peor, principios».