La ministra española de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, reiteró ayer la voluntad de España de acabar rápidamente las negociaciones con el Reino Unido sobre el futuro de la colonia de Gibraltar, aunque no quiso adelantar una nueva fecha. Antes de su encuentro con su homólogo británico, Jack Straw, la ministra aseguró que «no ha habido interrupción ni estancamiento» en las negociaciones hispano-británicas y que «sigue vigente» el plazo que se dieron las dos partes, aunque la fecha inicial haya quedado «desbordada». «Después de mi nombramiento y de la pausa vacacional, las reuniones se retoman, no ha habido interrupción ni estancamiento», comentó.
Ella y Straw asisten a la reunión informal que celebron ayer y que continurán hoy en Dinamarca, los titulares de Exteriores de la UE. Al margen de este Consejo, los dos ministros mantuvieron un «encuentro personal», en el que abordaron el contencioso del Peñón pero no fijaron una fecha concreta para negociar. «Habrá una (reunión) ministerial, pero no tengo la fecha», declaró Palacio a los periodistas tras el encuentro. «Mi temperamento es de no tomar compromisos que no tenga muy claro que voy a poder cumplir», añadió. La ministra lamentó que «con el kit de ministro no venga una bola de cristal» y se declaró «incapaz» de hacer «especulación de futuro y prognosis».
Palacio calificó de «primera conversación de encaje» su encuentro con Straw y apuntó que podría haber otro contacto, ya que el foro informal que los reúne a ambos en Elsinor (norte de Copenhague) terminará hoy con un almuerzo. «Mañana tenemos tiempo», dijo la ministra, que dejó entrever que la apretada agenda de ayer tarde, que terminó con una cena social, no dejó tiempo para más conversaciones.
No obstante, aseguró que el Gobierno tiene «la voluntad de impulsar, de contribuir, de adelantar, de terminar cuanto antes», las negociaciones pero sin estar «prisioneros» de un calendario. Recordó que el objetivo expresado de ambos países es lograr un acuerdo sobre el estatuto de Gibraltar «en un plazo breve». Además, aseguró que «si no es un acuerdo satisfactorio para España, no habrá acuerdo».