El portavoz de Batasuna, Arnaldo Otegi, calificó ayer de «estrategia genocida» las actuaciones judiciales y políticas iniciadas contra su formación, y aseguró que «Euskal Herria se va a convertir en el Stalingrado político» de José María Aznar. Otegi hizo estas declaraciones en una conferencia de prensa en la que se refirió a las últimas acciones judiciales contra este partido, arropado por varias decenas de miembros de Batasuna y algunos dirigentes históricos de Herri Batasuna, entre los que se encontraban Jon Idigoras y Floren Aoiz.
Durante la rueda de prensa, un portavoz de este grupo de simpatizantes de la izquierda abertzale, Jon Urrujulegi, convocó una manifestación contraria al proceso de ilegalización de Batasuna, aunque no organizada por la formación radical, que tendrá lugar el próximo 7 de septiembre en Bilbao, bajo el lema «Stop al fascismo, Euskal Herria adelante». En su intervención, Arnaldo Otegi dijo que los trámites iniciados para suspender e ilegalizar a Batasuna «no están buscando destruir unas siglas, sino destruir un pueblo». «Lo importante no son las siglas, o que un juez mercenario de la injusticia y títere del Gobierno, al servicio del Ejecutivo, ilegalice o suspenda una partido», recalcó Otegi, porque lo relevante «son las personas que conforman un proyecto político» como la izquierda abertzale, «que está absolutamente arraigado en la vida de este país».
En cuanto a las diligencias abiertas contra Otegi por las declaraciones en las que advirtió al Gobierno Vasco de que «ni se les pase por la cabeza» colaborar en el proceso de ilegalización de Batasuna, aclaró que sólo pidió al Ejecutivo autonómico que «no ponga al servicio contra el pueblo vasco los instrumentos de los que dispone, que no son sólo policiales». Otegi emplazó al lehendakari, Juan José Ibarretxe a que aclare si cuando dice que «cumplirá la ley» significa que «se va convertir en agente ejecutor de la estrategia del PP». Respecto a la suspensión judicial de las actividades de Batasuna a partir del próximo lunes, consideró que se trata de «una ilegalización de facto» que significará que sus sedes «van a ser cerradas» y que la formación no va a poder «hacer nada» bajo sus siglas.
Por otra parte, el portavoz del PNV en el Congreso de los diputados, Iñaki Anasagasti, advirtió a Otegi que es ahora cuando la formación abertzale tiene que actuar «con la cabeza fría y con inteligencia política, y no amenazando a todo el mundo». Anasagasti afirmó que el dirigente abertzale «no tiene que amenazar ni a la Ertzaintza, ni a Ibarretxe, ni al Gobierno español, ni a la Guardia Civil, ni a la Policía Nacional».