En una comparecencia en la sede de la subdelegación del Gobierno en Alicante, el ministro de Interior, Angel Acebes, atribuyó la autoría del atentado perpetrado el domingo en Santa Pola a un comando itinerante de ETA, que entró a España con un coche robado en la localidad francesa de Montpellier el pasado 5 de julio. El ministro explicó que el coche utilizado en el atentado era un Ford Escort con 40 kilogramos de cloratita reforzada con dinamita, y que el artefacto fue activado minutos antes de la explosión y sin aviso previo.
Acebes afirmó que el Gobierno «pondrá en marcha todos los instrumentos para acabar con el entramado de un partido que justifica» este tipo de acciones, y entre ellas citó la Ley de Partidos. «Cualquier partido que no condene una acción de estas características, en mi opinión no puede ser legal en democracia», señaló Acebes, quien añadió que, «cumpliéndose los requisitos, no me cabe ninguna duda de que cuanto antes se usarán todos los instrumentos contra quienes dan cobertura y justificación política a estos actos».
Según el ministro del Interior, resulta «imposible pensar que tras estos asesinatos y brutales daños, que pudieron ser una auténtica masacre, haya un partido político legal que no condene» el atentado. Recordemos que la onda expansiva del coche bomba, que causó dos muertos y 36 heridos, provocó daños por unos 1'5 millones de euros en los edificios cercanos y obligará a la la demolición de un módulo de viviendas de la casa-cuartel. El alcalde de Santa Pola, Francisco Conejero, explicó que la deflagración ha afectado a cerca de 250 viviendas, de las cuales 50 han sufrido daños de mayor consideración.
Acebes también declaró que las instituciones democráticas defienden el modelo de convivencia y que estas instituciones «tienen la obligación de defenderse contra quienes atentan contra los derechos individuales y colectivos». Al mismo tiempo reiteró que el Gobierno, las instituciones democráticas y los partidos políticos caminan «en la dirección correcta» para acabar de forma «eficaz» con el terrorismo, con la colaboración de las policías francesa y de «otros» países.