La cuarta parte del patrimonio que se declara en España, 223.276 millones de euros de un total de 868.000 millones, está en manos de casi un millón de personas, según un estudio publicado en la revista Cuadernos de Información Económica de las cajas de ahorros y realizado con datos fiscales de 1999. El autor del estudio, José Manuel Naredo, indica incluso que esta proporción podría ser mayor si se tiene en cuenta un estudio de 1993, basado en datos de la inspección fiscal, que revelaba que el grado de ocultación (bienes no declarados a Hacienda) de los contribuyentes con grandes patrimonios podría ser del 60%.
En este informe se define a los contribuyentes más ricos como aquellos que declaran el impuesto sobre el patrimonio (IPPF) por tener un patrimonio que supera los 108.000 euros, de los que en 1999 existían 981.000, el 4'3% de un total de 22'66 millones de personas que perciben rentas sujetas a tributación en España. Según los datos del IPPF, el colectivo de un millón de personas más ricas vieron como su patrimonio creció en los últimos años, entre 1985 y 1999, a tasas anuales del 12%. Sus preferencias para invertir su patrimonio son las acciones y participaciones en empresas, que en 1999 bolsa concentraban el 22'1% de su patrimonio, frente al 11'5% de 1985.
Este crecimiento de las inversiones en bolsa se deberían a que fue en este periodo de tiempo cuando se dio el «boom bursátil», con altas rentabilidades, y por las «desgravaciones» que ofrecían algunos valores y fondos de inversión. Esta gran presencia en bolsa de los millonarios, cuenta con una excepción, las personas que tienen un patrimonio de más de 30 millones de euros, que están reduciendo estos activos y los está dirigiendo a los depósitos.
Esta excepción tiene una explicación clara, según el estudio, pues son las personas más ricas, con más de 30 millones de euros, los que tienen más información y los que, ya en el año 1999, «barruntaban» la caída de las bolsas, por los que fueron los primeros en abandonar las acciones y participaciones. En cuanto a las personas con patrimonio más bajo, sus preferencias de inversión son la vivienda, los depósitos bancarios, además de las bolsas.