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Pujol critica al Gobierno por impedir la mediación del rey Juan Carlos

Zapatero subraya que España debe respaldar a las Naciones Unidas ante el conflicto del Sáhara y «permitir» un acuerdo de todas las partes

OTR PRESS-MADRID
Se complica el respaldo político al Gobierno en el conflicto con Marruecos. El presidente de la Generalitat de Catalunya, Jordi Pujol, no sólo recordó la parte de responsabilidad que puede tener España en el conflicto, sino que insinuó que el Ejecutivo ha impedido que el Rey Juan Carlos medie entre ambos países. Pujol recordó que el Rey siempre ha tenido un papel importante en las relaciones con Marruecos. «Si ahora no lo juega, me imagino, conociendo al Rey, que no ha sido por su culpa, porque sé cuál ha sido siempre su interés por los temas marroquíes y su actitud positiva», dijo el presidente catalán. «Es muy sintomático de que algo no funciona, no funciona de una forma muy seria», dijo.

El dirigente nacionalista recordó la buena relación entre las familias reales de España y Marruecos y aseguró que la ausencia del Rey Juan Carlos en la boda del monarca alauí, Mohamed VI, «no es responsabilidad de la Casa Real española». «Indica que el deterioro es muy grande, y que, además, es muy claro que ahí no toda la responsabilidad es de Marruecos», dijo Pujol aludiendo al Gobierno de Aznar. Pujol pidió un rápido restablecimiento de las relaciones entre ambos países. «Imagínese lo que pasaría si ahora la estabilidad interna de Marruecos se viniera abajo», dijo, porque «son vecinos, y eso tiene una importancia militar, política, económica y demográfica».

El líder socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, por su parte, insistió ayer que la mejor salida para el conflicto del Sáhara es un acuerdo entre todas las partes auspiciado por Naciones Unidas. En este sentido, subrayó que España debe «facilitar la tarea» a la ONU y «permitir» que exista una salida viable «al estatuto de convivencia entre Marruecos y el pueblo saharaui». Zapatero hizo hincapié en que el Gobierno español debe «apostar por el acuerdo» y recalcar la «idea central» de que este problema «de índole territorial y de entendimiento entre dos pueblos», que está pendiente desde hace años, «sólo puede tener un escenario estable, creíble y seguro si hay un acuerdo y si se encuentra una posición última y final que sea respetada por todos».

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