El presidente del Gobierno, José María Aznar, acusó ayer al Ejecutivo vasco de hablar de medidas para proteger a los concejales, pero sin querer acabar con los terroristas y lamentó que sus consejeros jaleen el incumplimiento de la ley y anuncien propuestas que son «un viaje a ninguna parte». Aznar, en alusión al PNV, dijo que no se puede «compadecer a las víctimas los días laborables y los fines de semana marcarse manifestaciones con los que asesinan».
El jefe del Ejecutivo señaló, de forma genérica, que hay preocupación por iniciativas que dicen que se van a plantear por parte del Gobierno vasco y que suponen un «viaje a ninguna parte». Esa consideración le dio pie para formular una serie de acusaciones sobre actitudes del Gobierno vasco y de algunos de sus consejeros en particular.
Entre ellas, dijo que le parece «increíble» que los convocantes de una mesa sobre la seguridad de los concejales amenazados (en alusión a la denominada «Mesa de Arkaute» y auspiciada por el Gobierno vasco), se escandalicen porque, al mismo tiempo se propongan medidas contra quienes jalean, apoyan o encubren a los que amenazan. «Resulta un poco curioso que haya que convocar mesas sólo para hablar de cómo se protege a los amenazados, pero sin hablar de la primera protección, que es cómo terminar con los que amenazan», añadió.
El jefe del Ejecutivo cree que todas las instituciones y todos los Gobiernos deben tener la prioridad fundamental de acabar con el terror y garantiza las libertades individuales. Para Aznar, además de ayudar a las víctimas a resistir, hay que hacer todo lo posible para derrotar a los terroristas y cree además que lo que ocurre es que «algunos no quieren esa derrota».
Por su parte, el vicepresidente primero del Gobierno y ministro del Interior, Mariano Rajoy, cree que es «una enorme irresponsabilidad» y «un auténtico despropósito» por parte del Gobierno vasco el «pretender asumir unas competencias saltándose los procedimientos establecidos en la legislación vigente».