El presidente del Gobierno español, José María Aznar, se mostró ayer determinado a mantener «con tenacidad» su política de flexibilidad laboral, porque el Estado del bienestar debe ofrecer oportunidades «al que las busca» y no beneficiar «pasivamente» a quien no demuestra deseos de encontrar un empleo.
Aznar defendió la reforma del sistema de protección por desempleo, que, dijo, dará «mayor cobertura a los verdaderamente desprotegidos» y facilitará «mayores oportunidades e incentivos a todos los trabajadores a la hora de buscar o aceptar un empleo».
El secretario general de UGT, Cándido Méndez, replicó al presidente que a los desempleados que cobran la prestación «no los subvenciona nadie» y subrayó que la reforma aprobada por el Ejecutivo supone un recorte de derechos.
Aznar recalcó que es necesario adoptar «reformas importantes» del mercado de trabajo para continuar creando empleo y se mostró dispuesto a mantener «con tenacidad» su política de flexibilidad laboral, aunque admitió que «es siempre difícil».
Para el secretario general de CCOO, José María Fidalgo, la modificación del sistema de protección por desempleo adoptada por el Ejecutivo facilita el despido sin causa justificada, extiende la temporalidad y convierte la cobertura para los parados en una «donación graciable de la Administración».
El secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, tras reiterar sus críticas a la reforma, dijo que el Gobierno ha entrado, a su juicio, «en una fase que parece una pista de autos de choque», en la que «da volantazos y choca con la mayoría de los sectores sociales». Agregó que «ahora los miembros del Gobierno chocan entre ellos mismos diciendo, desde cada Ministerio y cada día, una cosa distinta».