En una carta, que publicaba ayer el diario 'Deia', y que ha sido enviada a la Conferencia Episcopal, a los Obispados vascos y al Vaticano, los sacerdotes señalan que la conciencia de pertenecer «a un pueblo llamado Euskal Herria se va afirmando, desarrollando y creciendo cada día, a pesar de un entorno estatal poderosamente hostil». Los religiosos reconocen que el pueblo vasco está sufriendo una serie de problemas como consecuencia de «conflictos políticos, sociales y culturales» y por ello piden el cese de «todas la violencias y el reconocimiento de los derechos individuales y colectivos sin excepción».
Según la carta, «no todos los ciudadanos que viven en las actuales administraciones públicas de Euskal Herria se autoconsideran pertenecientes a una nación o pueblo diferenciado, por lo que hay que respetar el derecho a la pluralidad». No obstante, recuerdan que «lo único que tiene como legitimidad como valor democrático para determinar el destino y configuración de Euskal Herria como nación es la decisión libre y democrática de sus miembros». Para ellos, «lo antidemocrático es entorpecer o negar el ejercicio de ese derecho fundamental de autodeterminación» que, según dicen, «reclama la mayoría».
Para el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, con la aparición de esta nueva carta, el llamamiento que ha hecho el Gobierno al Vaticano para que estudie la reacción de los obispos vascos ante la Ley de Partidos Políticos está ahora «más justificado». El ministro especificó que ayer mismo, el embajador ante la Santa Sede ha ido a visitar al sustituto de la secretaría de Estado del Vaticano para hacerle llegar el malestar del Ejecutivo. La Santa Sede aseguró ayer que «por el momento no intervendrá» en la polémica sobre los tres obispos vascos contrarios a la ilegalización de Batasuna, según indicaron fuentes del servicio de prensa de la Santa Sede.
Mientras, la pastoral de los obispos vascos en contra de la ilegalización de Batasuna sigue dando coletazos. El secretario general del PP, Javier Arenas, pidió a la sociedad española que no confunda a los obispos vascos con el resto de la Iglesia, ya que sería «tremendamente injusto» dado que la Conferencia Episcopal siempre ha estado «en contra» de la violencia. También el presidente del PP vasco, Carlos Iturgaiz, arremetió contra los obispos recordando que no hubo ninguna pastoral cuando ETA asesinó a Miguel Angel Blanco. Por el contrario, el presidente del PNV, Xabier Arzalluz, cargó contra populares y socialistas, en especial contra Rodríguez Zapatero, por ser «tan seguidista y tan atemorizado» al pedir a la Conferencia Episcopal que rectifique y 'meta mano' a los obispos. Arzalluz cree que la Ley de Partidos busca quitar votos al PNV
Mientras, desde el PSOE, Jesús Caldera pidió a la Conferecia Episcopal que «rectifique a fondo» la pastoral conjunta de los obispos vascos, ya que, a su juicio, lo que deberían hacer estos prelados es, según «su credo, pedir a Batasuna que exija a ETA que deje de matar». Por su parte, el secretario general del PSE, Patxi López, anunció que solicitará una reunión con los obispos vascos porque, según manifestó, el documento de la Iglesia de Euskadi «evidencia un desconocimiento de la realidad social en el País Vasco». El candidato de CiU a la alcaldía de Barcelona, Xavier Trias, consideró «absolutamente ridículo» que el Gobierno del PP «se meta con lo que hace la Iglesia». Para Trias, «los gobiernos no se han de meter en ningún caso con la Iglesia.