Los tres palestinos acogidos por España llegaron ayer a Madrid en un avión militar procedente de Chipre, junto a los cuatro milicianos que se repartirán entre Irlanda, Portugal y Bélgica, y quedaron a cargo de Cruz Roja con garantías de libertad plena de movimientos dentro del territorio nacional. El avión con estos siete palestinos a bordo, que forman parte del grupo de 13 deportados temporalmente a Chipre, aterrizó a las 19.20 horas en la base aérea de Getafe. El ministro de Exteriores, Josep Piqué, recordó ayer que Cruz Roja Española se ha encargado ya de atender las necesidades de los tres milicianos que permanecerán en España, pero rehusó dar detalles sobre su paradero.
Hoy se reunirá en Madrid la Comisión Interministerial de Extranjería, que debe ratificar el régimen jurídico que se aplicará a los tres palestinos y los procedimientos elegidos para su documentación, transporte y alojamiento. Por razones de seguridad, la presidencia española de la UE no desea revelar los nombres de los 13 milicianos, entre los que hay seis activistas de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, tres del movimiento oficialista de Al Fatah, tres oficiales de policía de la seguridad palestina y un miembro del Movimiento de Resistencia Islámica Hamás. Los palestinos que ha acogido España han aceptado voluntariamente permanecer controlados por la policía, a pesar de que dispondrán de estatuto de personas desplazadas y de libertad de movimientos dentro del territorio nacional.
Además, el estatuto de que disfrutarán les permite un reagrupamiento familiar, según indicó el ministro, que advirtió no obstante de que el plazo de vigencia del acuerdo para acoger a estos palestinos por razones humanitarias es de un año, al término del cual habrá que negociar nuevamente su situación. Respecto a la posibilidad de que España reciba una solicitud israelí para su extradición, Piqué precisó que habría que analizarla, pero afirmó que el Gobierno tiene «el compromiso de Israel de que eso no se va a producir». El avión de transporte militar español despegó de Larnaca a las 8:45, hora local chipriota con una tripulación de cinco personas, entre ellas un médico de Cruz Roja, y nueve de los 13 palestinos deportados, después de que otra aeronave partiera rumbo a Roma con los tres milicianos acogidos por Italia.
Antes de llegar a la base de Getafe, el avión hizo una escala en Atenas para dejar allí a los dos milicianos de los que se ha hecho cargo Grecia y, tras aterrizar en Madrid, todo estaba preparado para que dos de los palestinos pudieran ser trasladados a Irlanda, uno a Portugal y otro a Bélgica. Piqué expresó su decepción por el hecho de que algunos socios comunitarios, que no citó, se quejen de la falta de iniciativa de la UE y luego no acepten responsabilidades.