Pese a que ambos dirigentes sindicales dijeron el lunes que sólo se reunirían con el presidente del Gobierno, José María Aznar, ayer aceptaron entrevistarse con el ministro de Trabajo, a quien volvieron a pedir que retirase el proyecto de reforma del sistema de protección de desempleo que el Ejecutivo quiere aprobar. Tras la reunión, que fue calificada de «estéril» por Cándido Méndez, el titular de Trabajo insistió en que esa reforma es una decisión de Gobierno y que seguirá adelante, aunque «no hay un calendario predeterminado por parte del Gobierno» para aprobarla.
El ministro insistió en que el proyecto del Ejecutivo no incluye ningún tipo de recortes de prestaciones, conserva las situaciones de naturaleza excepcional y amplía la protección por desempleo, sobre todo en el sector agrario. Además, criticó que las centrales no hayan presentado un documento con propuestas alternativas, cuando el Gobierno siempre ha estado abierto a mejorar su texto y lamentó la decisión de los sindicatos de dar por cerrada la negociación, porque incluso «tengo la impresión de que la decisión la habían tomado a priori».
Sin embargo, el secretario general de UGT aseguró que la convocatoria de la huelga «obedece a una decisión política» del presidente del Gobierno, quien ha ordenado la no retirada del documento y con ello «nos ha dado una respuesta radical y contundente». Para Méndez, el paro general está justificado y también la fecha: el 20 de junio, un día antes de la reunión del Consejo de Europa, que tendrá lugar en Sevilla y que servirá para clausurar la presidencia española de la UE. Fidalgo dijo que los sindicatos no pretenden «ensombrecer» la cumbre europea. Méndez precisó que pretenden es ejercer un derecho e «iluminar el modelo tan poco racional que tiene Aznar». Fidalgo, además, acusó al Gobierno de haber quebrado el formato habitual de diálogo y concertación social.
Para el ministro, sin embargo, la fecha escogida responde a motivos «evidentemente políticos», y lamentó que vaya a ser un motivo de «deterioro» de la celebración de una cumbre. Horas antes, el ministro de Economía, Rodrigo Rato, pidió «un esfuerzo de todos para que cada vez haya menos parados» y que quienes lo estén «tengan las mejores oportunidades de encontrar un empleo de la mejor calidad posible». Por su parte, el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, aseguró que su partido «no va a estar quieto» e informará de su «no rotundo» frente a la reforma del desempleo.