Las conversaciones hispano-británicas sobre Gibraltar siguen adelante. El encuentro entre José María Aznar y el primer ministro británico, Tony Blair, ha servido para que ambos afirmen que no hay crisis en el proceso de negociación. Un proceso que debería culminar en acuerdo durante el verano. El ministro español de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, pidió «imaginación» para sortear las dificultades», aunque su homólogo británico, Jack Straw, no se mostró muy optimista, y aseguró que aún queda «un largo camino» antes de que pueda convocarse un referéndum en el Peñón.
«No es lo correcto hablar de situaciones de crisis», dijo Aznar tras reunirse con Blair en Downing Street. «Somos muy conscientes de las dificultades que tenemos», añadió, por lo que ambas partes no van a moverse «por los mecanismos meteorológicos de temperatura que determinen una situación de crisis o no». Blair coincidió con Aznar en que las negociaciones seguirán adelante en una atmósfera «constructiva y positiva». Como estaba previsto, este encuentro no ha terminado en acuerdo. Las autoridades españolas confiaban en tener un texto consensuado antes del verano, pero desde Londres no se ve de forma tan optimista.
El ministro británico de Exteriores, Jack Straw, cree que aún resta «un largo camino por hacer antes del referéndum» que Gibraltar convocará sobre el acuerdo que firmen España y el Reino Unido. «Incluso si llegamos a un primer acuerdo con España de aquí a finales del verano», dijo ampliando aún más el plazo de negociación, «éste será objeto de nuevas negociaciones con el Gobierno y la población de Gibraltar».
La respuesta, para su homólogo Josep Piqué está en «hacer compatible el deseo de Londres de lograr un acuerdo que cierre el contencioso con la aspiración española de una reintegración plena y en solitario de la soberanía del territorio». Y para lograr lo que ahora mismo parece un imposible Piqué cree que habrá que «desplegar imaginación». Habrá referéndum en Gibraltar, pero Piqué recuerda que «es un compromiso británico que no vincula a España, desde el punto de vista de que no puede ser interpretado como un ejercicio al derecho de autodeterminación». Otro escollo a salvar es la base naval, un asunto que el ministro español considera que ambos gobiernos serán capaces de resolver.