CC OO y UGT consideran que el paro es totalmente justificado y culpan al Gobierno de romper el diálogo social en España poniendo en peligro la armonía existente entre las partes. CC OO y UGT presentaron un documento «recordatorio» de las propuestas que llevan remitiendo al Gobierno desde 1997, «a pesar de que Ejecutivo lamenta la falta de alternativas de los sindicatos a su propuesta de reforma del sistema de protección por desempleo». Las demandas de los sindicatos se centran en la ampliación de la cobertura de la protección al desempleo, el aumento de la inversión en políticas activas y la mejora del funcionamiento de los servicios públicos de empleo, que sólo intermedian el 17 por ciento de las ofertas y demandas.
En opinión del secretario general de UGT, Cándido Méndez, es normal que el Gobierno acuse a los sindicatos de falta de actitud negociadora, pero confían en que los españoles secunden la huelga. Para el secretario general de UGT, el Gobierno ha preparado un «simulacro» de negociación, ya que aunque el Gobierno conoce desde hace años sus propuesta para mejorar el sistema de protección por desempleo, no han tomado en consideración ninguna de ellas a la hora de elaborar la propuesta. «Aznar ha sido desleal con la mejora de empleo y la calidad de vida de los españoles», explicó.
Por ello, José María Fidalgo y Cándido Méndez se mostraron contundentes y anunciaron, por primera vez de forma explícita, que, si el Gobierno no retira su propuesta y convoca una mesa para negociar la mejora del sistema y la ampliación de la cobertura de protección de los parados, el 20 de junio habrá una huelga general en España. El paro no será oficial hasta el próximo día 23 de mayo, cuando los máximos órganos de dirección de ambos sindicatos propongan la realización de un paro general de 24 horas en toda España. No obstante, los sindicatos dan al Gobierno unos días para que se lo piense y evite la huelga. La única forma de hacerlo es retirar de forma íntegra y sin condiciones su proyecto y abrir un proceso «real de negociación». «Si se llega a la huelga general es porque los sindicatos somos consecuentes con la defensa de los trabajadores. Un Gobierno sensato, que de verdad quisiera el diálogo, tendría que parar el carro y levantar el papel de la mesa», subrayó Fidalgo. Añadió que es mejor que el Gobierno no les llame, ni les convoque para una nueva reunión si no es para anunciarles que retira el documento.
El presidente del Gobierno, José María Aznar, advirtió por su parte a las centrales sindicales de la responsabilidad que asumen al convocar una huelga general justo en vísperas del Consejo Europeo de Sevilla que cerrará el semestre de la presidencia europea. Además, lanzó el mensaje de que aún están a tiempo de volver a dialogar. El jefe del Ejecutivo lamentó el «empeño» de los sindicatos en no sentarse a negociar y les recriminó que cuando se dice que «todo lo que está encima de la mesa» se debe retirar para empezar a negociar, «se pierden muchas razones». En opinión del presidente, no existe ninguna razón para la huelga porque no hay ninguna prestación que se vaya a reducir y los ciudadanos no comprenden posiciones que, en su opinión, se desvían de una actitud basada en el diálogo.
«No tiene ninguna justificación, constituye un error, la mayoría del país no desea que se planteen esas cuestiones y, por último, si eso se materializa, hago notar que no tiene precedente justo la víspera en que un país tiene la responsabilidad de organizar un Consejo Europeo», explicó Aznar. «Hago ver la responsabilidad que asumen algunas personas al tomar ese tipo de acciones». El ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Juan Carlos Aparicio, afirmó que está dispuesto a estudiar las propuestas sindicales, pero criticó que éstas se presenten ante los medios de comunicación y no en una mesa de diálogo. El conseller en cap de la Generalitat, Artur Mas, calificó de «exagerada» la convocatoria de huelga ya que, a su juicio, España no está en una situación económica que la justifique.