El secretario general de UGT, Cándido Méndez, aseguró ayer que no hay argumentos que avalen la necesidad de reducir el tipo máximo del IRPF al 45%, salvo aquellos de carácter ideológico. Méndez aseguró que las reducciones en la base y en la cuota existentes «no se puede argumentar que la carga tributaria que se deriva pueda suponer un efecto desincentivo sobre la oferta de trabajo», explica el sindicato sobre el informe de expertos sobre la reforma del IRPF.
En cuanto a la reducción en el número de tramos propuesta por la comisión de expertos, el secretario general de UGT afirmó que «hasta el momento nadie ha proporcionado una fórmula más transparente y progresiva que el establecimiento de tramos». Méndez añadió que la reforma «en ningún caso beneficiaría al empleo, la maternidad o la familia» y que es una continuación de la de 1998, en la que «bajó el IRPF para los que más ganan y subieron los impuestos indirectos para los que menos ganan».
Por otra parte, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, expresó su deseo de presentar el anteproyecto de ley de reforma del IRPF ante el Consejo de Ministros el próximo 19 de abril, para su posterior remisión a los órganos consultivos correspondientes.
Después de que Hacienda recibiera el documento encargado a una comisión de expertos sobre cómo debe ser el nuevo impuesto de la renta, el ministro y otros altos cargos dijeron que permitirá la propuesta conjugar crecimiento económico y empleo, mientras que el PSOE cree que el nuevo IRPF fracasará porque ahondará las desigualdades y UGT dijo que será más injusto. El PSOE tildó la rebaja de continuista, por lo que, dijo, «provocará un mayor incremento de las desigualdades».