Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE, reunidos ayer en Barcelona, vivieron una auténtica pugna por las liberalizaciones del sector energético. El ministro de Economía y Finanzas, Rodrigo Rato, se mostró optimista y asegura que «nadie pone condiciones» sobre esta materia, el propio presidente galo, Jacques Chirac, habló en su discurso, de forma explícita, de «condiciones» relacionadas con el servicio público. Entre ellas, subrayó que debe respetarse la igualdad de tratamiento, especialmente, en lo que se refiere a servicios de interés general en el conjunto del territorio; solidaridad porque son necesidades vitales, y continuidad entendida como calidad del servicio.
«Todos los países miembros se han reafirmado en la necesidad de que se cree un mercado interior de la energía para los consumidores no domésticos», aseguró Rodrigo Rato, quien adelantó que prevé un acuerdo con Francia para liberalizar el sector eléctrico para las empresas, lo que supondrá liberalizar el 60% del mercado. Tras el animado debate, que hoy debe desembocar en una conclusiones pactadas por unanimidad, fuentes diplomáticas de la delegación francesa afirmaban ayer que sólo podrá haber acuerdo con un «paquete global». De este modo, puede preverse que si Francia se sienta satisfecha, podría aceptarse el principio de una apertura de mercados de electricidad y de gas para los profesionales dos años después de la adopción de la nueva directiva.
Es probable que se establezca el juego de fechas planteadas por el presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, respecto a una apertura a la competencia para la electricidad en 2003 y el gas en 2004 para las industrias. En este caso, la presidencia española podrá felicitarse de que ha conseguido un compromiso para la liberalización del 60 por ciento del consumo energético. Para la cuestión más espinosa, el tramo doméstico, un acuerdo podría ir en la dirección que apuntaba ayer Prodi: cerrar una fecha dentro de este año para una revisión del proceso y la fijación de un plazo para la apertura total. En cualquier caso, será en la reunión final de hoy en la que se establecerán «las cuestiones concretas referidas al calendario», dijo Rato.
Los jefes de Estado y de Gobierno de los Quince dieron un nuevo respaldo al sistema Galileo, el proyecto europeo de navegación por satélite que no termina de ver la luz por discrepancias sobre su financiación, y a la Directiva de Cielo Unico Europeo. También mostraron una actitud de consenso para relanzar el llamado 'proceso de Lisboa', en el que hasta ahora no se ha avanzado lo suficiente. La jornada estuvo además aliñada con los debates que mantuvieron los jefes de Estado con sus homólogos de los trece países candidatos, con el objetivo de implicar a los mismos en el proceso liberalizador y reformador de Lisboa a la luz de que en 2010, ya estarán presumiblemente gran parte de ellos dentro de la Unión.