Aznar explicó ante los dirigentes populares que la coherencia es absolutamente necesaria en cualquier ámbito de la política, pero más aún, «esencial», cuando se habla de la lucha contra ETA. «El pacto antiterrorista es una expresión de esa coherencia, porque es un pacto de principios básicos y de defensa del Estado de Derecho». Y es que el acuerdo, a su juicio, sigue vigente, porque no han cambiando las circunstancias que motivaron su firma: ETA sigue matando y los nacionalistas ofrecen como solución «la entrega, la renuncia de ideas o la secesión». Eso sí, lanzó un mensaje a los socialistas, a los pidió que expliquen «a la sociedad y a los electores» porque practican ahora una estrategia «de claro acercamiento al PNV».
El presidente recordó que el preámbulo del acuerdo impide pactar con el PNV mientras no se rompa Estella y las instituciones allí creadas. Criticó por ello la «lectura interesada» de esta parte que desea hacer el PSOE. «Los que quieran que miremos para otro lado para que no nos demos cuenta de que todo sigue igual, lo tienen que explicar», dijo. Pero no se quedó ahí el ataque al PSOE. Frente a la postura del PP, dijo, los socialistas han apostado por «la incoherencia y la disgregación». Con ironía, recordó cómo el partido de la «oposición constructiva y templada» a utilizado términos como «basura», «exterminadores» o «goebblelianos».
«Dicen también que ningún español puede sentirse tranquilo con nosotros», dijo, pero rechazó porque no ve «intranquilidad en la gente, pero sí un mayor desapego entre la opinión pública y los que practican la incoherencia». La negociación para abordar el Pacto Local también sirvió a Aznar para criticar. «Ya veréis que aquí escucharemos también muchas opciones pintorescas», dijo, y auguró un «municipalismo de escaparate». Aznar anunció que en los dos años que restan de legislatura el Ejecutivo dará prioridad a la rebaja de impuestos, la reforma de la educación y la «vertebración» de España a través de la inversión en infraestructuras y el Plan Hidrológico Nacional. En su discurso, cuando se cumplen dos años de la victoria del PP, por mayoría absoluta en las elecciones generales del 2000, Aznar destacó la «coherencia» del proyecto del PP frente a la «disgregación» del PSOE.
Ante los dirigentes nacionales y regionales del PP, José María Aznar realizó un repaso de los logros de los últimos dos años: «más empleo, más pensiones, sin déficit, lucha contra el terrorismo, reforma de la Justicia, reforma educativa, Ley de Inmigración, acuerdo de financiación autonómica, reforma de los servicios de inteligencia, supresión del servicio militar y Plan Hidrológico Nacional». Subrayó que se trata de «una tarea muy importante» que demuestra «la fortaleza y capacidad reformadora» del PP, pero que, como señaló, «no es más que el cumplimiento de nuestros compromisos electorales», lo que pone de manifiesto la «coherencia» entre las promesas y los hechos del partido, razón por la que "en su opinión" recibió el apoyo de los votantes y sigue mereciendo su confianza.
Zapatero ve un Gobierno intolerante, soberbio y
obsesionado en dividir
El secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero,
aseguró que tras dos años de gobierno del PP España es «más injusta
y hay un Gobierno cada día más intolerante y con más soberbia»,
además de una «permanente obsesión por dividir» a los españoles, a
los territorios y las Comunidades Autónomas. Para Rodríguez
Zapatero «hoy es un buen día» porque «quedan dos años, y por tanto
menos tiempo, para que José María Aznar se vaya». Declaró que en
estos dos años de mayoría absoluta «el milagro se está terminando y
ese milagro era Aznar», porque hay 150.000 nuevos parados, el
crecimiento económico es cada día menor y «las expectativas de
tener un país fuerte y sólido para que tenga una sociedad y
economía fuerte y capaz son cada día peores».