Los ministros de Exteriores de los Quince mantuvieron ayer en Cáceres un primer debate político sobre las implicaciones financieras de la ampliación de la UE en 2004, y pusieron sobre la mesa los problemas que plantea extender a 10 nuevos socios los beneficios de la política agrícola común (PAC) y la política regional. Alemania advirtió a sus socios comunitarios de que no puede ser el país que asuma el mayor peso financiero de la ampliación de la UE y pidió que se reduzca el coste de ese proceso planteado por el Ejecutivo de Bruselas.
«Alemania no tiene ningún interés en tener que soportar un peso superior al que puede», declaró el ministro alemán de Asuntos Exteriores, Joschka Fischer. Fischer subrayó que «deben revisarse» las cantidades propuestas por la Comisión Europea para costear la ampliación de la UE. Fischer dijo a sus colegas comunitarios que Alemania ya ha recibido una «tarjeta amarilla» de la Comisión y que si tiene que soportar lo el coste de la ampliación propuesto recibirá una «roja». El ministro se refería a la amonestación de Bruselas por desviarse de su objetivo de déficit.
El ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, anfitrión de este encuentro informal, admitió que el debate fue «intenso, vivo y franco». No comentó, en rueda de prensa, las posiciones expresadas por sus homólogos, e insistió en que los Quince mantienen el firme compromiso de respetar el calendario y acabar las negociaciones en 2002 con los países preparados, para que puedan entrar en 2004. Por su parte, el comisario europeo de Exteriores, Guenter Verheugen, destacó que los Quince dieron «un amplio apoyo al enfoque» propiciado por la CE.
Silvio Berlusconi divierte con sus
ocurrencias
El presidente del Consejo italiano, Silvio Berlusconi, fue
sorprendido ayer cuando realizaba un curioso y ambiguo gesto, justo
en el momento de la foto de familia. El polémico primer ministro
hizo con los dedos índice y meñique en alto el gesto que significa
cornudo. Preguntado por los periodistas, alegó que se trataba de
una broma. Por la tarde se introdujo en la conferencia de prensa de
Piqué para indicarle con la mano el reloj como signo de apremio
para que diera por concluida la cita con la prensa. También se
quitó un zapato para demostrar que no lleva plantillas para
contrarrestar su estatura como dicen en Italia.