El Reino Unido se ha dado un plazo de quince meses, hasta finales de 2002, para normalizar las relaciones con España por el contencioso de Gibraltar, con el objetivo último de fijar un cambio en la soberanía de la colonia en un plazo de unos 25 años.
«Ciertamente, existe un marco temporal hasta finales de 2002 para obtener algún tipo de impulso» a la «normalización de las relaciones», declaró una portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores británico. No obstante, la portavoz matizó que este calendario «no está grabado en piedra ni es un ultimátum», y podría ampliarse de ser necesario.
La fijación de este plazo es consecuencia de la entrevista mantenida en Londres el pasado 26 de julio por los ministros de Asuntos Exteriores de ambos países, Jack Straw y Josep Piqué, quienes decidieron reanudar el diálogo sobre Gibraltar en el marco del llamado «Proceso de Bruselas».
Straw y Piqué tienen previsto volver a reunirse en Madrid a finales de octubre o principios de noviembre. Ambos países decidieron establecer una metodología y unos grupos de trabajo para el seguimiento de las conversaciones. El «Foreign Office» insistió en que cualquier tipo de acuerdo con España requeriría que el pueblo de Gibraltar pudiera pronunciarse al respecto.