Cuatro días ha tenido de plazo el árbitro designado por el Gobierno para elaborar una resolución definitiva en el conflicto de Iberia, mediante el dictamen de un laudo en el que, finalmente, se fija que ambas partes deberán firmar un convenio a cuatro años con subidas vinculadas al desarrollo económico de la compañía. Curiosamente, esta resolución, comunicada a ambas partes ayer por la mañana, es en la práctica la misma que durante tres semanas había propuesto la aerolínea al SEPLA, y así lo afirmó ayer el presidente de la compañía, Xabier de Irala.
Tras escuchar el lunes pasado los argumentos presentados por las dos partes implicadas en el conflicto, el arbitraje obligatorio impuesto por el Gobierno se ha materializado en la resolución presentada ayer por el presidente del Consejo Económico y Social (CES). Además de fijar las pautas en cuanto al convenio y los salarios, el laudo propone la creación de una comisión formada por miembros de la dirección de la compañía y del sindicato de pilotos para dirimir los conflictos que pudieran producirse entre las partes.
Durán desarrolló así en el día de ayer un conjunto de soluciones plurales que abarcan igualmente la posibilidad de que en el futuro se propicie un cambio de las relaciones laborales hacia «actitudes de mayor colaboración y entendimiento entre empresas y trabajadores». Según el mediador, las premisas establecidas en el laudo responden a la necesidad de salvaguardar en todo momento los derechos de los trabajadores, sin olvidar las exigencias económicas de la empresa.
Éstas han sido las pautas que llevaron ayer a Durán a afirmar que el laudo «garantiza la paz social durante cuatro años» y abre una nueva etapa de mayor confianza y colaboración. Del mismo modo, destacó con esta decisión su exigencia de imparcialidad alegando que «no hay vencedores ni vencidos» ya que resuelve los puntos conflictivos sobre el VII convenio colectivo de pilotos y las peticiones de ambas partes, que según él, eran igualmente respetables. Iberia y el SEPLA manifestaron su satisfacción por el laudo dictado ayer por el mediador en el conflicto, Federico Durán, aunque con matices, ya que mientras la empresa lo considera el final de las divergencias, los pilotos dudan de que la compañía lo cumpla.