El atentado que costó ayer la vida al director financiero de El Diario Vasco, Santiago Oleaga, consiguió por primera vez en mucho tiempo reunir a todos los partidos políticos, excepto EH, en el acto de repulsa celebrado frente a la sede del diario del Grupo Correo. Los Reyes, el Gobierno, el Ejecutivo vasco en funciones, todos los partidos menos EH, el resto de instituciones democráticas y organizaciones sociales condenaron ayer el asesinato de Santiago Oleaga y lamentaron que ETA atente contra la libertad de expresión y responda así a «su derrota en las urnas». Los Reyes enviaron telegramas de «condolencia» y «solidaridad» a la viuda de Oleaga, al presidente del Grupo Correo, y al director del Diario Vasco, mientras que el Príncipe de Asturias expresó su condena y horror por el atentado.
El vicepresidente primero y ministro del Interior, Mariano Rajoy, expresó su «más hondo pesar» por el atentado, apuntó que «ETA sabe que tiene los días contados» y aseguró que, pese a que ETA «quiera que desistamos», eso «no se va a producir». Los ministros de Defensa, Federico Trillo; Exteriores, Josep Piqué; Portavoz, Pío Cabanillas, y Trabajo, Juan Carlos Aparicio, condenaron el atentado y subrayaron su determinación de firmeza ante la banda. El lehendakari en funciones, Juan José Ibarretxe, expresó su repulsa por el «brutal y bárbaro asesinato» y aseguró que ETA quiere «recuperar matando lo que perdió en las urnas» pese a que la sociedad vasca «ha hablado más claro que nunca» para decirle que «deje de matar de una vez y para siempre».
Ibarretxe pidió la unidad de los partidos políticos para hacer frente a ETA. Jaime Mayor Oreja le replicó que la unidad sólo se logrará cuando el Gobierno vasco tenga como único objetivo el acabar con ETA. Oreja consideró que el Ejecutivo autónomo y la oposición deben «trasladar a la sociedad vasca la convicción y determinación de que se puede acabar con ETA y se va a acabar» con ella. El portavoz parlamentario del PSOE, Jesús Caldera, pidió a Ibarretxe que «se ponga decididamente al frente de la lucha contra ETA», aseguró que «ahí va a tener toda nuestra colaboración, apoyo y aliento» y subrayó que este atentado supone una respuesta «indiscriminada» a la «derrota en las urnas» que sufrió ETA. El dirigente del PP, Javier Arenas, aseguró que «la libertad de expresión es el objetivo principal» de ETA y pidió a Ibarretxe que asuma la «derrota del terrorismo» como primer objetivo del nuevo Gobierno vasco.
Sólo EH evitó condenar este asesinato y se limitó a expresar su «pesar» y a reclamar una «solución democrática y definitiva» para «superar el conflicto y sus graves y dolorosas consecuencias». Sin embargo, la corriente Aralar de EH expresó su «desacuerdo político» con el atentado, mostró su postura a favor de la libertad y destacó que las acciones de ETA «no aportan ni constituyen ningún beneficio ni para Euskal Herria ni para los presos políticos vascos ni para la clase trabajadora».