El desplome de las bolsas europeas continuó ayer por la desconfianza de los mercados en una pronta reactivación de la economía estadounidense y por segundo día consecutivo el selectivo español Ibex-35 registró la mayor caída del año por segundo día consecutivo, con unas pérdidas del 4'13%. Con este retroceso de 368 puntos, el Ibex-35 se sitúa en 8.531'80 unidades y niveles de finales de octubre de 1998, mientras que el índice general de Madrid también volvió a la cota de mediados de diciembre de 1998 al descender 32'21 puntos, el 3'79 por ciento, hasta 818'55 enteros.
Estos abultados descensos se unieron a los de ayer y el Ibex-35 pierde ya un 6'34 por ciento en lo que llevamos de año, mientras que el índice general de Madrid cae un 7'06 por ciento. La sesión transcurrió de forma similar a la precedente, aunque en el caso español parece que ya ha descontado gran parte de la crisis argentina y las pérdidas se circunscribieron a las del resto de mercados de la zona euro, donde el FTSE de Londres descendió un 4'08 por ciento, el CAC de París un 3'96 por ciento y el DAX de Fráncfort lo hacía un 3'71 por ciento.
Como el miércoles, el nerviosismo estuvo instalado desde el comienzo de la sesión, aunque ayer la bolsa de Tokio cedió un 1'9 por ciento, pero tras la apertura a la baja de los mercados de Nueva York, que llevó al Dow Jones a acumular un 20 por ciento de retroceso desde su máximo histórico, el pánico cundió y las ventas se hicieron más agresivas. Las bolsas de Nueva York entraron ayer en una crisis profunda, lo que los técnicos llaman «el territorio de los osos».
Ayer no hubo datos económicos de interés en EEUU ni en Europa, pero los mercados no se dieron un respiro afectados por la incertidumbre y el pánico, que ha hecho que los inversores huyan masivamente de la renta variable a la fija, con lo que la rentabilidad del bono español a largo plazo bajó del 5 por ciento y se sitúa en niveles de 1998.