El presidente del PNV, Xabier Arzalluz, afirmó que es igual el mes que se celebren las elecciones, una vez que el lehendakari ya ha dicho que se llevarán a cabo a lo largo de este año y agregó que de la futura convocatoria electoral no saldrá «nada nuevo» porque se configurará de nuevo un Parlamento «muy complejo y difícil». Así, explicó que sería más razonable que se llegara a «algún tipo de acuerdo» hasta que «determinadas cuestiones se serenaran». Entre estas cuestiones, citó la postura de los socialistas que, según dijo, sigue de «fámulo» del PP. «Hasta que ese partido tenga una consistencia y pueda hablar con independencia, sería tal vez mejor fecha para elegir elecciones».
Asimismo, acusó al PP de intentar trasladar crispación a la sociedad y de tener «prisa» por subir al poder. «Los que quieren radicalizar a la sociedad son los que andan en el Parlamento llamando sinvergüenzas y cosas de ese estilo, quieren transmitir a la sociedad su propio odio, su propia prisa por subir al poder», indicó. Por el contrario, el coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, afirmó que una convocatoria electoral en el País Vasco es «ineludible» para evitar que siga aumentando «la fragmentación social» y la división entre nacionalistas y no nacionalistas.
Por su parte, el secretario general de los socialistas vascos, Nicolás Redondo Terreros, acusó ayer al PNV de utilizar el problema del terrorismo para «sobrevivir» al frentes del Gobierno vasco. En este sentido, aseguró que los nacionalistas no han querido solucionar el principal problema de Euskadi «porque se rompería la esencia del nacionalismo». El dirigente socialista también arremetió contra el obispo emérito José María Setién, de quien dijo que «le escribe las notas a Ibarretxe y parece el portavoz del EBB». «Fallando Egibar, lo hace mejor que él», aseveró Redondo, añadiendo que «eso es el nacionalismo del PNV: interés partidario y religión».