El Gobierno decidió ayer aprobar la fusión de Endesa e Iberdrola, sometida a limitaciones en sus cuotas de mercado, y que afectan principalmente a la comercialización, área en la que el Ejecutivo pretende que se refuerce la competencia, además de propiciar la entrada de nuevos operadores en generación.
El vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Economía, Rodrigo Rato, defendió la autorización por considerar que la aparición de dos nuevos operadores, lo que elevaría a cinco el número de compañías en el sector eléctrico español, beneficiará a la competencia y a los usuarios, «el principal objetivo del Gobierno». Rodrigo Rato expresó el apoyo del Ejecutivo a la fusión en consonancia con las recomendaciones formuladas por la Comisión Nacional de la Energía y el Tribunal de Defensa de la Competencia.
Tras la decisión del Gobierno, ambas sociedades deben sopesar si les interesa continuar con la fusión, ya que la empresa resultante no podrá tener más de un 42 por ciento de cuota de mercado en generación, "la que tiene actualmente Endesa", un 48 por ciento en distribución y un 40 por ciento en comercialización. Para mantener el 42 por ciento de cuota de mercado en generación, las dos sociedades deberán desprenderse de activos equivalentes a los que en la actualidad tiene Iberdrola, aunque el tipo de producción de las centrales deberá responder a la media nacional.
Entre la condiciones de procedimiento impuestas por el Ejecutivo destaca el plazo de diez días desde la notificación del acuerdo del Consejo de Ministros para que las empresas presenten un plan de actuaciones y desinversiones. Además, una vez sometido a la aprobación en dos meses del Servicio de Defensa de la Competencia, Endesa e Iberdrola deberán plantear una propuesta sobre la división en lotes de los activos sujetos a segregación. Para la ejecución de la subasta, las dos eléctricas dispondrán de un plazo máximo de 14 meses.