Según el último barómetro del CIS, correspondiente a diciembre pasado y cuyos datos se dieron a conocer ayer, el 48'6 por ciento de los ciudadanos rechaza las costumbres de los extranjeros que viven en España y el 49'4 por ciento piensa que la sociedad española es muy o bastante racista. El 48'6 por ciento de los ciudadanos rechaza las costumbres de los extranjeros que viven en España y el 49'4 por ciento piensa que la sociedad española es muy o bastante racista, según los datos del último barómetro del CIS correspondiente al mes de diciembre.
El secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, Jorge Fernández, que presentó en el Congreso los resultados de este estudio, destacó que el rechazo a los extranjeros ha aumentado trece puntos desde 1994, aunque paralelamente va disminuyendo el porcentaje de españoles que considera que la sociedad es racista. Fernández justificó esos datos porque ahora el contacto con los extranjeros «es mucho más intenso que el que tenían los españoles en épocas anteriores», con lo que las opiniones que antes eran «teóricas» han pasado ahora a ser «prácticas», subrayó.
«Nos encontramos "dijo" en las primeras etapas de la asimilación de la convivencia con otras personas de otras razas, culturas o religiones», por lo que vaticinó que se producirá una evolución «lenta» pero dirigida a la integración.
Pese a ese incremento de la intolerancia, el secretario de Estado insistió en que España evoluciona hacia una sociedad de mayor respeto y tolerancia hacia los inmigrantes, ya que el porcentaje de quienes creen que España es racista ha pasado del 56 por ciento de hace seis años al 49 por ciento actual y apunta hacia una progresiva disminución.
Por otra parte los españoles han vuelto a considerar el terrorismo como el principal problema de nuestro país, según el Barómetro del CIS del mes de diciembre. Un 80'9 por ciento de los ciudadanos cree que la violencia terrorista es el mayor mal de nuestro país, seguido del paro, para un 63 por ciento, y la droga o el alcoholismo, para un 16 por ciento. Esta percepción de los problemas por parte de la sociedad española es similar a la descrita en el Barómetro de noviembre, que reflejaba que el terrorismo era el principal problema para un 82 por ciento, y el paro para un 64 por ciento.