El ministro de Defensa, Federico Trillo, reiteró ayer que el uranio empobrecido no es la causa de las enfermedades que han afectado a algunos soldados que estuvieron en Kosovo, aunque consideró que «hay que investigar hechos que, concatenados, puedan producir algunos resultados».
Mientras tanto, y en el primer día habilitado por Defensa para informar a los soldados y sus familias sobre las consecuencias para la salud por el uso de bombas de uranio empobrecido, el número de llamadas telefónicas obligó al Ministerio a aumentar de tres a doce los médicos que atienden dicho dispositivo. El Ministerio de Defensa puso ayer en marcha un servicio telefónico, a través del número 91-3955485, para informar sobre los efectos del uranio empobrecido, al que se han dirigido sobre todo «madres y novias de soldados, o ellos mismos».
Dada la elevada cifra de llamadas recibidas, Defensa decidió aumentar de tres a doce el número de médicos que está llevando a cabo estas labores informativas. A las personas que demandan información se las intenta «tranquilizar», a veces con «poco éxito», y explicarles que el uranio empobrecido no es la causa de las patologías que a veces describen, tales como caída del cabello.
También se remite a sus unidades de referencia a los soldados que llaman para informarse sobre las pruebas que el Ministerio está llevando a cabo. Los facultativos hacen una serie de preguntas médicas para determinar las posibles causas de las afecciones que describen los usuarios y dan información sobre las consecuencias de la exposición al uranio empobrecido, entre otros datos.
Trillo, que comparecerá finalmente en el Congreso el martes 16 de enero para informar del resultado del chequeo médico al que se ha sometido a los soldados, manifestó que «hay que averiguar» si entre los casos detectados existe «una sintomatología que pueda parecer análoga».