El asesinato del agente de la Guardia Urbana Juan Miguel Gervilla a manos de ETA ha suscitado la condena unánime de los partidos y ha hecho cerrar filas a los políticos catalanes, inmersos estos días en un debate sobre la viabilidad de un pacto contra el terrorismo en Catalunya.
Los Reyes y el Príncipe de Asturias enviaron sendos telegramas de condolencia a la viuda del policía. El presidente del Gobierno, José María Aznar, reclamó la «unidad democrática sin fisuras» y alabó el «sacrificio personal» del agente que «ha evitado una matanza». El secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, afirmó que «ETA tiene como objetivo utilizar a Catalunya como elemento de desestabilización general» y calificó el atentado como un acto inútil que refuerza la unidad democrática. El coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, manifestó que «quien mata está inhabilitado para el diálogo», y agregó que «las armas y las bombas no dejan oír las palabras.
La mayoría de los consellers de la Generalitat, con Jordi Pujol al frente, los líderes de todos los partidos catalanes y los diputados del Parlamento autonómico guardaron cinco minutos de silencio en protesta por el atentado que ha supuesto la cuarta víctima de ETA en Catalunya tras la ruptura de la tregua. Un día después de que no prosperara el intento del presidente del Parlament, Joan Rigol, para que los partidos catalanes firmaran un Pacto Catalán unitario contra el terrorismo, los líderes de los distintos partidos compartieron la primera línea de esta acción de protesta.
El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, ha asegurado posteriormente en el Parlament que, entre los partidos políticos catalanes, hay «mucha más unidad de lo que a veces pueda parecer» para hacer frente de forma conjunta al terrorismo.