Todos los partidos políticos recordaron ayer el día en el que, hace un año exactamente, ETA decidió poner fin a la tregua tras catorce meses de alto el fuego. Con motivo de este aniversario el PNV hizo público un documento en el que se ratifica en la búsqueda de un nuevo periodo de distensión y de diálogo «en mejores condiciones que las que hemos conocido».
Ayer el presidente del EBB, Xabier Arzalluz, explicó que el PNV insiste en su postura expresada en su texto de 1997 de disposición a «arriesgar y a moverse para conseguir la paz», pero «sin abandonar ni desvirtuar nuestra alternativa ni nuestra estrategia política». La dirección del PNV reafirma su convicción de que no se acabará con ETA «tan sólo por la vía policial» y que fenómenos de este tipo «terminan en algún tipo de mesa-diálogo que ha de ser preparada entre todos», aunque para ello, subraya, «es necesario tener voluntad de diálogo, que no se advierte en el Partido Popular».
El PNV asegura que es su voluntad la de «no parar en la búsqueda de la paz», dice compartir con el pueblo vasco «ese ansia de paz», y añade que «a la vista de otras experiencias internacionales», no renuncia «a mantener con otras formaciones políticas, sindicales y sociales, sin exclusiones, cuantos contactos o iniciativas sean necesarios para encauzar la solución a la actual dinámica de violencia existente actualmente en Euskadi». Según dice el texto, el PNV «no estará convencido de que algunas formaciones políticas la desean (la paz) tanto como proclaman, mientras no compruebe con claridad que el problema de la violencia se sustrae del tráfico electoral y de la dialéctica poder-oposición». El apartado del documento en el que se refleja la postura concreta del PNV se prevé que a pesar de ello, «EAJ-PNV considera una prioridad conseguir la paz por el camino más corto posible, en un marco de dignidad y libertad».
El documento del Euskadi Buru Batzar cuestiona con dureza a HB y a ETA. A la coalición abertzale le plantea si la violación del derecho a la vida (21 asesinatos en el último año) «no merece la más mínima valoración desde el punto de vista ético y de los derechos humanos». Y ya desde un punto de vista político le pregunta si en relación al objetivo de construcción nacional fue más productivo el periodo de 14 meses de tregua, «o los doce meses posteriores de atentados y violencia», y si puede responder a cuestiones de este tipo con libertad.