Nicolás Redondo Terreros, reelegido ayer secretario general del PSE-PSOE, afirmó que los socialistas vascos «tenemos vocación de diálogo, pero de diálogo inteligente» para construir la paz y la libertad, «no de un diálogo que no tenga límites, porque si no los tiene, probablemente no sirva para nada». Redondo afirmó que su formación nunca ha rechazado el diálogo: «Quien no ha querido dialogar porque estaba en otra apuesta ha sido el PNV», censuró.
El dirigente socialista, que hizo un repaso de lo acontecido en los últimos tres años «muy duros» en la política vasca, arremetió contra el PNV, al que acusó de actuar «para mantener el chiringuito», y abogó por hacer «esfuerzos para la recuperación de la unidad democrática». Según dijo, «nosotros no tenemos más enemigo que ETA, los demás son adversarios» y «no tiene que haber distingos a la hora de buscar la paz entre la derecha o la izquierda, los nacionalistas o no nacionalistas».
El dirigente socialista fue muy crítico con la actuación en los últimos tiempos del PNV, del que dijo que «no le ha importado provocar una división social» con su estrategia a favor de la unidad de los nacionalistas a través del pacto de Lizarra. Expuso, en este sentido, la secuencia iniciada cuando Arzalluz «ladinamente intenta conseguir» votos de HB para el PNV con unas declaraciones a un periódico alemán «y ETA le contesta el domingo y, a la semana siguiente, mata a Ernest Lluch».
Mientras, el presidente del PSC, Pasqual Maragall, considera que «el espectáculo de dos gobiernos que no se hablan (en referencia al Gobierno y al ejecutivo vasco) es contradictorio a la defensa de la Constitución».