Unos 150.000 sevillanos secundaron ayer la convocatoria del Ayuntamiento de la capital hispalense en contra de ETA, que el lunes acabó con la vida del médico coronel Antonio Muñoz Cariñanos.
La protesta contó con la presencia del presidente del Gobierno, José María Aznar, el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, el ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja y el presidente del Parlamento vasco, Juan María Atutxa, entre otros. El alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, fue el encargado de dar lectura a una declaración institucional que pidió «el triunfo de la razón, la paz y la libertad» frente a la sinrazón de la banda terrorista. El alcalde que fue interrumpido en numerosas ocasiones por una multitud que no cesaba de gritar los ya clásicos «Vascos sí, ETA no», «Aquí estamos, nosotros no matamos» o «Asesinos».
Reunidos bajo el lema «Contra la violencia: no matarás», los miles de asistentes, muchos de ellos portando una pancarta con la frase «Basta ya», secundaron el acto con gritos de «asesinos», entre otros, dirigidos a los terroristas que acabaron con la vida del conocido doctor Cariñanos.
De la misma forma, la Federación Española de Municipios y Provincias convocó las habituales concentraciones silenciosas frente a las instituciones al mediodía. Los ayuntamientos de las ocho capitales de Andalucía, comunidad en la que ETA desplegó desde el verano una brutal ofensiva, reunieron a más de 3.500 ciudadanos para condenar el último asesinato de la banda. La concentración más numerosa fue la de Granada, a la que acudieron unos 1.500 ciudadanos, en una ciudad que hace pocas fechas vivió el golpe del asesinato del fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, Luis Portero.