El debate de ambas mociones de censura comenzó a las diez de la y seguía a la hora de cerrar esta edición. Se espera que las mociones no salgan adelante, al necesitar la mayoría absoluta (38 de los 75 escaños) para ser aprobadas, mientras que PP, PSE-EE y UA suman 32 diputados. PP y PSE coincidieron en reprochar a Ibarretxe que se hubiera apoyado en EH, así como en que la legislatura está agotada, de manera que son necesarias las elecciones, mientras que Ibarretxe apenas se refirió a ello.
Así, el primero en defender su candidatura, el socialista Nicolás Redondo Terreros, pidió que el «fracaso» del lehendakari se traduzca en un adelanto electoral y se comprometió a «ganar la batalla» a ETA mediante un Pacto de Estado contra el terrorismo. En su programa, Redondo propuso la constitución de un foro de partidos democráticos, donde se sienten «aquellos que condenen y rechacen la violencia», y apostó por la Constitución y el Estatuto de Autonomía, expresando su voluntad por lograr las transferencias pendientes y por explorar todas las potencialidades que encierra» (el Estatuto).
El candidato socialista atribuyó a Ibarretxe y al PNV la responsabilidad de haber llevado a la sociedad vasca a «una crisis política sin precedentes», y exigió al lehendakari, que asuma su «fracaso» y devuelva la palabra a la sociedad vasca mediante unos comicios. La misma petición efectuó a continuación el candidato del PP, Carlos Iturgaiz, que explicó que la base de su programa de Gobierno alternativo era la disolución del Parlamento Vasco y la convocatoria de elecciones, para conformar un nuevo Ejecutivo autónomo «repleto de firmeza democrática» y que «no aliente la esperanza de los pistoleros». Iturgaiz recordó a Ibarretxe que su gabinete está en minoría porque «le han derribado sus socios (EH)» y señaló que la negativa del lehendakari a adelantar los comicios se la han impuesto los dirigentes del PNV.
A estas críticas replicó el lehendakari acusando al PP y al PSE-EE de intentar «poner de rodillas al nacionalismo vasco» y de promover un «frentismo» con medidas como la presentación de estas mociones de censura. Ibarretxe les acusó de cometer un «gran fraude» con la presentación de estas iniciativas, cuyo objetivo es «destruir no construir». Para el lehendakari, PP y PSE-EE «no quieren gobernar», sino que lo que persiguen es «bloquear la función del Gobierno».