La marcha, convocada por la plataforma Basta Ya, estaba encabezada por una gran pancarta con el lema «Por la vida y la libertad. Defendamos lo que nos une: Estatuto y Constitución». Al contrario de lo que suele suceder en marchas de este estilo, la primera línea de la misma la ocuparon únicamente familiares de víctimas del terrorismo, y no personalidades del mundo de la política.
Así, en primera línea se encontraban, entre otros, la mujer y la hija de José Ramón Rekalde, al que ETA intentó asesinar el día 14; Consuelo Ordóñez, hermana del concejal popular de San Sebastián, Gregorio Ordóñez; o la viuda de Enrique Casas, senador socialista asesinado en 1984.
Detrás se situaron personalidades del mundo de la cultura, del pensamiento y del espectáculo que se adhirieron al manifiesto de la plataforma cívica, como Jon Juaristi, Fernando Savater o Pedro Almodóvar. Rompiendo la tradición en las marchas contra el terrorismo, esta vez los representantes de los partidos políticos estuvieron mezclados con los ciudadanos, y dejaron todo el protagonismo a la respuesta social contra el terrorismo. Sin embargo, la presencia de políticos fue muy numerosa. Como ya estaba anunciado, ningún representante de PNV, EA ni del Gobierno vasco acudieron a la manifestación.
Afortunadamente, apenas hubo que lamentar incidentes. Sin embargo, en los minutos previos a la manifestación, una mujer fue agredida por un grupo de violentos que se dieron a la fuga. Al término de la manifestación la ex novia de un dirigente etarra asesinado por ETA y el actor Fernando Mikelajáuregi, leyeron, en euskera y en castellano un manifiesto en el que calificaron la manifestación de «triunfo sobre la indiferencia y el miedo», así como que la protesta ha supuesto «una victoria sin armas contra las armas».