El presidente del Gobierno, José María Aznar, cumplió lo prometido en Polonia y habló ayer, tras el primer Consejo de Ministros del curso político, sobre la política antiterrorista del Gobierno. Aseguró que el «cúmulo de despropósitos cometidos por el nacionalismo» es el «caldo de cultivo» de ETA. Aznar rechazó la participación en cualquier foro en el que estén involucrados los actuales dirigentes del PNV, que no descartan la presencia de EH, porque no tiene «nada de que hablar con los nazis».
«No quiero, ni debo, ni voy a ocultar la delicada situación que se vive en el País Vasco». Aseguró, en referencia al PNV, que no hay espacios intermedios entre los violentos y los demócratas. Aznar afirmó que ETA ha encontrado en «el cúmulo de despropósitos cometidos por el nacionalismo» el mejor «caldo de cultivo para provocar los efectos más letales y nocivos». Sin embargo, añadió que no está dispuesto a «plegarse a sus dictados, a transigir con las libertades, ni a aceptar el objetivo último de convertir el País Vasco en un campo de limpieza étnica, política e ideológica». Sin embargo, muy diferente es la opinión que tiene sobre el PNV y, en especial de sus actuales dirigentes. Aznar dijo que «quieren poner precio político a su obligación de garantizar la libertad de todos los ciudadanos».
Aznar argumentó que existe una raya muy clara en el País Vasco para separar la violencia terrorista de las posturas democráticas y dijo que esos dirigentes del PNV, en referencia a Arzalluz y Egibar, «han pasado esa raya, han abandonado el campo de los demócratas y se han pasado al campo contrario».
Aseguró tener «confianza nula» en los nuevos foros de diálogo que proponen los nacionalistas, y más si se pretende que EH forme parte de ellos. «Cuando se habla de diálogo con estos nazis, hay que decir de qué se quiere hablar: ¿de cuándo nos rendimos, de cuándo nos vamos, de cuándo nos van a matar?»
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