El funeral por el concejal del PP asesinado el martes por ETA en la localidad guipuzcoana de Zumárraga, Manuel Indiano, tuvo lugar ayer en Madrid, por deseo de su familia. El presidente del Gobierno, José María Aznar, estuvo arropado por representantes de todas las fuerzas políticas, salvo del PNV y EA. Varios representantes del PP criticaron la «lamentable» ausencia del lehendakari, Juan José Ibarretxe, y de miembros de su Gobierno en el funeral. El secretario general del PSE, Nicolás Redondo Terreros, aseguró que el lehendakari no acudió a Madrid por miedo a ser increpado.
El obispo auxiliar de Madrid, Fidel Herráez, fue el encargado de oficiar el funeral, en el que pidió a los partidos unidad frente a ETA bajo el mando del Gobierno. El funeral se celebró en la Colegiata de San Isidro, situada en la calle Toledo de Madrid, abarrotada de público, y fue oficiado por el obispo auxiliar de Madrid, Fidel Herráez. Fuera del templo se quedaron unas 400 personas, en total silencio, en medio de fuertes medidas de seguridad, que incluía un helicóptero de la Policía. A la salida del acto, los numerosos asistentes despidieron el féretro entre aplausos y gritos contra ETA y reclamando justicia. El entierro tuvo lugar en la más estricta intimidad a petición de la familia.
El obispo Herráez aseguró que las palabras «ya apenas sirven» para expresar la triste realidad que vivimos. Herráez advirtió que, en estos momentos, «no basta con cruzarse de brazos y decir que ya vendrán tiempos mejores». Posteriormente, el párroco de Zumárraga leyó una nota escrita por el obispo de San Sebastián, Monseñor Uriarte, que aseguró que ETA ha desoído el clamor de la sociedad vasca.