Los radicales han provocado otro día de terror en el País Vasco. EH convocó para ayer un borroka eguna, una jornada de lucha, en protesta por la muerte de cuatro etarras el pasado lunes en Bilbao. A lo largo del día se incendiaron varios autobuses y una sede del PNV, al tiempo que era atacada la vivienda de un policía. Un grupo de desconocidos prendió fuego a la sede social del PNV en la localidad guipuzcoana de Legazpi. Los violentos rompieron las lunas del local y arrojaron líquido inflamable al interior del inmueble, para acto seguido prenderle fuego.
Los daños materiales son considerables. La humareda provocó que los vecinos del primer piso del inmueble tuvieran que ser desalojados por los efectivos de los Bomberos y la Ertzaintza que se desplazaron a la zona. EH consideró «incomprensible» la quema del batzoki, y «más aún» cuando esta formación asegura que está «reivindicando el trabajo en común entre las fuerzas abertzales». Por otra parte, el asesinato de Casanova provocará la salida de EH del Ayuntamiento de Pamplona. El pleno promoverá la destitución de los concejales de la coalición abertzale de los cargos de representación en el Consistorio, que tendrá lugar en el pleno ordinario del próximo día 17.
El PNV, por su parte, cesó a los dos ediles de la coalición radical abertzale en el municipio guipuzcoano de Ordizia, por no condenar la violencia. El pleno del Ayuntamiento de Pamplona, con los votos a favor de todas las fuerzas representadas, salvo IU, que se abstuvo, y Euskal Herritarrok, que votó en contra, decidió que los ediles de la coalición abertzale dejen sus cargos. Mientras, PNV y EA rompían su pacto de gobierno con EH en Ordizia al no apoyar este partido la moción de condena de la violencia presentada por el Partido Nacionalista, con lo que son ya diez los municipios guipuzcoanos en los que se han disuelto los equipos de gobierno en los que estaba presente la formación Euskal Herritarrok.