Tan sólo unas horas después de la muerte de cuatro etarras en la explosión de un coche en Bilbao, ETA acabó con la vida del presidente de la patronal guipuzcoana Adegi, José María Korta, mediante la explosión de un coche bomba junto a su empresa en el polígono Gorostiaga de la localidad de Zumaya (Guipúzcoa).
Hace cuatro años, ETA ya intentó acabar con la vida de un dirigente de Adegi, Ruiz de Urchegui, y consiguió que un familiar del entonces secretario general de la patronal perdiese las dos piernas. El anterior empresario asesinado por ETA fue Francisco Arratibel, en 1997. Fue a las 12.20 horas, cuando la víctima, nacida hace 57 años salía de su empresa, Korta, y accedía a su vehículo, un Audi A-6, estacionado cerca de la sede de su industria, dedicada a la fabricación de materiales de alta tecnología. En ese momento, los terroristas accionaron a distancia un coche-bomba, un «Fiat Tipo» robado el pasado jueves en la localidad guipuzcoana de Legazpia, y que previamente habían aparcado junto al vehículo de Korta.
La explosión causó heridas de extrema gravedad al presidente de Adegi, cuyo cuerpo, con los dedos amputados, quedó tendido en el suelo y con los pies introducidos dentro de su vehículo. Cinco trabajadores del polígono que colocaban unas mallas en la parte trasera de la empresa y que, al escuchar la explosión, pensaron que una caldera había estallado, fueron los primeros en llegar junto al herido y, con otros, lo sujetaron por los hombros y lo alejaron unos diez metros del coche, mientras sus compañeros apagaban con extintores los tres vehículos afectados por la deflagración, el de la víctima, el que llevaba la bomba y un tercero que estaba estacionado junto a ellos. Varios facultativos atendieron a José María Korta, pero poco más de media hora después de la explosión, a las 13.00 horas, el presidente de Adegi, casado y con tres hijos, murió.