'Presidente, presidente', aclamaban los delegados del PSOE a José Luis Rodríguez Zapatero tras su intervención ante el Plenario del XXXV Congreso Federal. Horas más tarde, el escrutinio de la votación le otorgaba el liderazgo del PSOE, una victoria apretada respecto a José Bono, del que le separaban únicamente nueve votos. En sus primeras declaraciones como secretario general, el diputado leonés aseguró que su primer objetivo será renovar profundamente las estructuras del partido, formular un proyecto político para la modernidad y defender con dignidad los intereses de España.
El 41'69 por ciento de los votos, 414, proclamaban a José Luis Rodríguez Zapatero nuevo secretario general del PSOE. A sólo nueve votos se situó el presidente de Castilla-La Mancha, quien obtuvo el apoyo de 405 delegados, lo que supone el 40'79 del censo. A larga distancia quedaron la candidata guerrista, Matilde Fernández, que logró 109 votos (10'98 por ciento) y Rosa Díez, con 65 sufragios (6'5 por ciento).
El líder de Nueva Vía aprovechó su primera intervención para reconocer que el resultado ha sido muy ajustado y para expresar su felicitación a José Bono, que tan sólo perdió por nueve votos. «Se inicia el cambio tranquilo. Ahora, tengo una tarde para componer la dirección para representar al PSOE con dignidad», dijo. «Mis objetivos a corto plazo son cambiar el partido, ser una oposición útil socialmente, renovar profundamente las estructuras internas del partido y formular un proyecto político de modernidad, así como articular una nueva izquierda que gane al PP», explicó.
Miembros del sector guerrista indicaron, tras conocer el resultado de la votación, que unos cien votos de su sector habían ido a parar a la candidatura de Rodríguez Zapatero por miedo a que José Bono intentase laminar el guerrismo. El diputado leonés inició su intervención en el Plenario con una advertencia a los que le habían encasillado como el candidato de Felipe González. Así, aclaró que cuando se defiende una figura como la del ex presidente del Gobierno, se defiende la tarea de todo el partido y por lo tanto, no se debe tener una visión «estrábica» ni acomplejada ante el pasado. «Nada de esconderse detrás de Felipe González, pero nada de esconder a Felipe», remachó.