El PNV decidió romper sus pactos de gobierno con EH en las localidades guipuzcoanas de Beasain, Bergara y Deba al no apoyar la formación radical una moción de condena de la violencia presentada por este partido. Esta ruptura conllevará el cese de los ediles de EH de sus cargos de responsabilidad municipal en Beasain y Bergara, donde el PNV ostenta la alcaldía, mientras que en Deba abandonarán el equipo de gobierno los concejales del PNV al no haber decidido el alcalde de EA expulsar a los de la formación radical. En el Ayuntamiento de Arrasate, gobernado por EH con mayoría absoluta, la moción del PNV en contra de la violencia de ETA no resultó aprobada y los ediles del PNV no han decidido aún si abandonarán la comisión del gobierno, integrada también por EA e IU.
Mientras, el debate político sigue abierto. El presidente del PP vasco, Carlos Iturgaiz, acusó ayer al PNV de pretender dar «un golpe de Estado» con su propuesta de paz y apostó por el PP como la alternativa a la «degradación política e institucional» que supone el Gobierno del lehendakari Juan José Ibarretxe. Iturgaiz culpó a la formación que preside Xabier Arzalluz de apostar por la independencia en contra del respeto a las reglas de juego democrático que le pidieron las urnas. «Hay que respetar lo que ha decidido ser este país, pero ETA no lo respeta y el PNV, con secretos documentos, va en la línea de no querer respetarlo», dijo.
El vicepresidente primero del Gobierno, Mariano Rajoy, aseguró que el PP debe ser la alternativa de Gobierno en el País Vasco, porque es lo que la sociedad demanda, en base al respeto a los derechos individuales, el respeto a la Constitución y el Estatuto de Gernika. Ese cambio de Gobierno es, para Rajoy, «necesario» y «una obligación moral», y en el nuevo Ejecutivo podría integrarse el PSOE por las grandes coincidencias que se dan entre las políticas de los socialistas y los populares vascos. El secretario general del PP, Javier Arenas, insistió en la idea de que la sociedad demanda el cambio para volver al respeto a la Constitución y al Estatuto. Por este motivo, Arenas aseguró que el PSE y el PP vasco deben «constituir una alternativa al nacionalismo, porque la mayoría social del País Vasco es una mayoría social que se siente vasca y española, es una mayoría que está profundamente en contra de aquellos que intentan romper la convivencia y que está en torno al referente de la Constitución y el Estatuto».