El presidente de Castilla-La Mancha, José Bono, afirmó, ayer, en Barcelona que, pese a ser el único candidato del PSOE que no tiene plataformas de apoyo en Catalunya, no se siente en «terreno enemigo» ante los delegados del PSC, mientras ha defendido las tesis federalistas de su líder, Pasqual Maragall.
Bono se desplazó a Barcelona para buscar el apoyo de los 74 delegados del PSC que asistirán al XXXV Congreso del PSOE, en el que del 21 al 23 de julio se tendrá que elegir al nuevo secretario general del partido entre el propio presidente castellano, Rosa Díez, José Luis Rodríguez Zapatero y Matilde Fernández.
Bono afirmó que le parece «bien» que el PSC haya decidido intentar buscar una postura común de sus delegados, aunque ha recordado que «al final, el voto es individual y secreto». El candidato subrayó su defensa de las tesis federalistas por las que aboga el presidente del PSC, Maragall, al considerar que «el horizonte que veo para nuestro país, de vertebración democrática y autonómica, es federal, el federalismo evoca igualdad».